jueves, 23 de mayo de 2013
Me callo sin que me asombre
la bajeza de su acción
de su vil difamación,
si queda rastro, que quede.
Yo sé que manchar no puede
mi nombre en tu corazón.
De ojos, mano y labio impío,
apostados en acecho
para robarte del pecho
tu corazón todo mío.
Lucharán en el vacío
sin lograr su pretensión
hasta que de mi pasión
liberada por Dios quedes
Porque ni tú misma puedes
mandar en tu corazón.
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